Una noche caminaba desolado un cachorro por el bosque cuando comenzó a
llover, el cachorro perdido entre la selva llorando empezó a oír unos rechinidos
y pensó que eran sus amos. El perrito corrió hasta el sonido, pero de pronto
fue segado por unas luces que venían directo hacia él, solo sintió un gran dolor. Al tiempo él despertó en una pequeña casa entre
los brazos de una viejita, él no comprendía que pasaba hasta que vio como la
viejita lo empezó a cuidar.
Tiempo después el cachorro se encariñó mucho de toda la granja, ya que
se la pasaba muy bien; hasta que un día estaba jugando por el camión de los
huevos y algo lo hizo caer hacia adentro. Cuando logró levantarse para tratar
de saltar era demasiado tarde ya que el camión iba algo rápido, entonces
prefirió quedarse echado ahí hasta que el camión se detuviera.
Al llegar al pueblo él bajo del camión, sin que nadie lo notara y se quedó
a un lado de la tienta esperando a que llegara Lety por él ya que no sabía dónde
estaba. A la mañana siguiente cuando ya estaba perdiendo las esperanzas y con mucha hambre, vio que el gallo Claudio
estaba caminando y corrió hacia él, cuando llegó el gallo le pidió que
regresara con él y el perrito aceptó alegremente.
Los dos regresaron juntos a la casa de
Lety con alegría y cuando iban llegando entre los arbustos vio que Lety
salía con emoción al encuentro con ellos. Después de ese día, el cachorrito tenía
un hogar y siempre vivió feliz al lado del gallo Claudio.
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