miércoles, 17 de julio de 2013

La autobiografía contada en otras palabras



En Guatemala un 3 de agosto de 1994, cuando el conflicto armado estaba por acabar, una mujer llamada María Eugenia, a quien todos llaman con cariño Maru, se encontraba en el hospital Hermano Pedro. Ese día daría a luz. A las  nueve de la mañana inicio la cesárea, pues no podía tener hijos normalmente ya que presenta una parálisis cerebral espástica y creyeron que la bebita no saldría con vida. 

Después de unas horas, para ser precisos a las once y media de la mañana, nace la hermosa bebita de ochos libras, tez blanca, cabello negro y ojos profundos. La llamaron María del Pilar, con los apellidos de sus respectivos padres.

María del Pilar, a la cual todos llamaron Pili por cariño, vino a alegrar la vida de sus padres y amigos de la familia ya que la vieron como un milagro.

Pili desde su corta edad ayudaba a su mamá en muchas cosas, ya que se dio cuenta de que ella no podía hacerlas sola por su condición.

 Ella vivía en una gran casa, la cual dividieron en dos, en la parte de enfrente vivía con su papá Enrique, su mamá María Eugenia Nájera y su abuelito Edgardo Nájera. La parte trasera de la casa se la habían dado a su tío (hermano de su mamá) para que viviera con su esposa y sus dos hijos. Sus primos no le llevaban mucha diferencia de edad, así que solían pasar mucho tiempo juntos, aunque Pili estaba más allegada a su abuelito.

Pili tenía mucha energía y solo su abuelito Edgardo la aguantaba y jugaba mucho con ella. Esta relación marco la vida de Pili ya que llegó a ser  su héroe.
En 1998, cuando Pili cumplió 4 años, su abuelito tuvo un accidente. Un día de octubre cuando el huracán Mitch azotaba a Guatemala, Edgardo quiso salir a dar un paseo y pensó subirse en una camioneta. Algo salió mal; el conductor  iba drogado y  se lanzó de la camioneta dejándola a la deriva. Esto provocó un accidente donde la mayoría de pasajeros murieron y aunque Edgardo salió muy mal herido, sobrevivió.

Unos días después, el 31 de octubre, Edgardo falleció a causa del accidente. Todos en la familia estaban muy tristes especialmente  Pili y su mamá, ya que eran unas de las que más lo apreciaban y compartían con él.

Al siguiente año (1999) Pili empezó a ir al prescolar del colegio Bethania, donde le concedieron una beca por su buen  desempeño académico. Ella estudió en este colegio hasta segundo básico (2009), ya que pensó en superarse y buscar un colegio con un nivel académico más alto.

Pili encontró el Discovery School. Desde un principio ella tenía miedo de cambiarse de colegio, pues el ambiente  era muy diferente, comenzando porque ahora el colegio sería mixto.

Después de un tiempo Pili se dio cuenta de que se identificaba más con sus nuevos amigos, ya que eran personas más auténticas. Ella se graduó en el año 2012, uno de los años más alegres que vivió en el Discovery School. Por otro lado ella se sentía triste de dejar a todos sus amigos porque sabía que todos tomarían un camino diferente.

A final de ese año ella no sabía aún en cuál universidad estaría, ya que sus papás no tenían los  suficientes recursos. Ella empezó haciendo los exámenes de admisión en la Universidad Rafael Landívar, en el área de psicología ya que creía que por influencias que esa podría ser su carrera. Después de un tiempo ella fue a varios talleres y se identificó con la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación
Para entonces ella ya había sido aceptada pero estaba muy segura que si no le daban la beca no podría estudiar, pero gracias a Dios después de varios intentos le proporcionaron la beca que ella necesitaba. Actualmente ella lleva una vida feliz con lo que necesita.


Y solo me falta algo por decir. Esa bebita, Pili, la inspiración de estas palabras soy yo, como dicen es más fácil hablar de otros que hablar de uno mismo. 

viernes, 5 de julio de 2013

El amor de Lety con Claudio y el Cachorro


Había una vez un viejita llamada Lety que vivía con su esposo. Un día decidieron salir a la feria y el esposo le regaló un pollito a Lety y le puso como nombre Claudio y ella estaba súper feliz como también el gallo, ya que los dos tendrían una familia; con el paso del tiempo el esposo de Lety murió y el pollito creció y se convirtió en un gran y presumido gallo ya que Lety lo consentía mucho, después de la muerte del esposo tanto Lety como el gallo Claudio pasaron tiempos muy tristes.

Un día Lety decidió ir al pueblo en su pickup Ford del 50 a comprar pan y de regreso a su casa empezó a llover muy fuerte, ella pudo ver que entre los arbustos salió una mancha negra y en ese instante ella frenó fuertemente y sintió un pequeño golpe; entonces decidió salir a ver qué fue lo que sucedió. en medio de la lluvia logro ver a un perrito, con la pata rota.

Lety pensó que sería buena idea llevárselo a casa y cuidarlo mientras el dueño lo reclamaba. Cuando llegó a casa el gallo la estaba esperando en la puerta como siempre y ella se alegró, el Gallo Claudio pensaba que Lety le traía algún regalo pero Lety abrió las cobijas con mucho entusiasmo enseñándole al cachorro, él estaba preocupado, ya que no sabía cómo iba hacer la familia de ese momento en adelante.

El cachorro despertó en ese momento y estaba muy confundido ya que no sabía lo que pasaba, y Lety aunque estaba contenta vio una acción rara en el Gallo Claudio.
Días después el cachorro ya estaba mucho mejor y se sentía parte de la familia, esto al gallo Claudio no le gustaba para nada. Con los días Lety se fue encariñando cada vez más y más del pequeño cachorrito y ya lo sentía parte de su familia.

Un día el gallo hizo todo un plan para deshacerse del pequeño cachorrito, así que hizo que jugara cerca del camión que llegaba por los huevos para hacer que callera adentro. El día planeado todo iba de acuerdo al plan y el cachorro cayó adentro del camión; el cachorro no podía levantarse ya que el camión se movía demasiado, cuando al fin pudo levantarse ya era demasiado tarde ya que iba muy rápido y no podía saltar así que espero el momento en el que el camión se detuviera poder salir a esconderse.

Mientras tanto en la granja Lety estaba preocupada porque no encontraba al cachorrito en ningún lado, el gallo se dio cuenta de esto y se sintió mal ya que su intención porsupuesto no era lastimar a su amada  Lety.

 El gallo Claudio se sintió tan mal que al día siguiente decidió ir a buscar al perrito al pueblo; cuando llegó vio al perrito echado a un lado de la tienda, en ese momento el perrito con alegría de ver al gallito salió corriendo hacia él. Cuando se reunieron el gallo Claudio le dijo al cachorrito si quería ir a casa y este le dijo con alegría que le encantaría.

Por la noche de ese mismo día de camino a casa, el gallo Claudio y el cachorrito vieron como Lety abría la puerta y al verlos con emoción caminaba a su encuentro. Los dos se sintieron alegres de regresar a casa y después de esto todos vivieron en paz y felices, entre todos formando una gran familia y Lety aprendió a darles amor a todos por igual.



La familia del Cachorro, Lety y Claudio



Una noche caminaba desolado un cachorro por el bosque cuando comenzó a llover, el cachorro perdido entre la selva llorando empezó a oír unos rechinidos y pensó que eran sus amos. El perrito corrió hasta el sonido, pero de pronto fue segado por unas luces que venían directo hacia él,  solo sintió un gran dolor.  Al tiempo él despertó en una pequeña casa entre los brazos de una viejita, él no comprendía que pasaba hasta que vio como la viejita lo empezó a cuidar.
Tiempo después el cachorro se encariñó mucho de toda la granja, ya que se la pasaba muy bien; hasta que un día estaba jugando por el camión de los huevos y algo lo hizo caer hacia adentro. Cuando logró levantarse para tratar de saltar era demasiado tarde ya que el camión iba algo rápido, entonces prefirió quedarse echado ahí hasta que el camión se detuviera.
Al llegar al pueblo él bajo del camión, sin que nadie lo notara y se quedó a un lado de la tienta esperando a que llegara Lety por él ya que no sabía dónde estaba. A la mañana siguiente cuando ya estaba perdiendo las esperanzas  y con mucha hambre, vio que el gallo Claudio estaba caminando y corrió hacia él, cuando llegó el gallo le pidió que regresara con él y el perrito aceptó alegremente.
Los dos regresaron juntos a la casa de  Lety con alegría y cuando iban llegando entre los arbustos vio que Lety salía con emoción al encuentro con ellos. Después de ese día, el cachorrito tenía un hogar y siempre vivió feliz al lado del gallo Claudio.



Los celos de Claudio hacia el Cachorro por Lety



Había un pollito muy pequeñito, a quien adoptaron unos viejitos muy cariñosos y le pusieron por nombre Claudio. El pollito con el tiempo fue creciendo y se volvió más grande, con patas más firmes, con una cresta muy bella y con un cantar cada vez mejor. Él se creía mucho ya que los viejitos lo trataban como el rey de la granja. Tiempo después el viejito murió, quedando solamente la viejita llamada Lety y él. Él quería mucho a Lety y en la casa ellos se comprendían al máximo, hasta que un día la viejita salió y el gallo como siempre se quedó esperándola con ansias en la puerta. Horas después ella llegó con un bulto en los brazo y el gallito no comprendía que era, pero pensó que era un regalo para él.
Cuando la viejita abrió el bulto vio que salió un cachorrito lastimado, al principio el gallo Claudio no comprendía pero con el tiempo se fue poniendo celoso ya que a medida que la viejita se encariñaba del cachorrito, no lo trataba de la misma forma.
Un día el gallo Claudio se enojó e hizo un plan para que el cachorro callera en las cajas de los huevos que llevarían al pueblo. Ese día el gallo se puso muy feliz hasta que vio la preocupación de la viejita y él también se preocupó. Al día siguiente, el gallo de lo mal que se sentía decidió ir a buscar al cachorrito al pueblo, cuando llegó vio al señor que vendía los huevos, así que lo siguió. Al seguirlo llegó a donde estaba el cachorrito, así que lo convenció de volver a casa, el cachorrito aceptó y los dos regresaron muy contentos a casa y cuando llegaron entre los matorrales el gallo Claudio vio que Lety salió corriendo para tenerlos entre sus brazos y desde ese momento no se volvió a sentir mal otra vez ya que la viejita les daba mucho amor.








El amor incondicional de Lety, Claudio y el Cachorro


Había una vez en la ciudad el Canchón una granja donde vivía una señora muy amable,  llamada Leticia, pero todos le decían Lety. Ella vivía con su esposo y su gallo Claudio. Hasta que un día falleció su esposo y se quedo sola con su gallo Claudio y los demás animales.

Un día ella decidió salir  al pueblo en su pickup Ford del 50 a comprar pan y de regreso a su casa empezó a llover muy fuerte. Entre los arbustos salió una mancha negra y en ese instante ella frenó y sintió un pequeño golpe, entonces decidió salir a ver lo que sucedió. En medio de la lluvia, logro ver a un perrito con la pata rota, entonces ella pensó que sería buena idea llevárselo casa y cuidarlo mientras el dueño lo reclamaba. Cuando llegó a casa el gallo la estaba esperando en la puerta y ella se alegró. Con mucho entusiasmo le enseñó al cachorro, pero ella se dio cuenta de que el gallo reaccionó de una manera extraña.
Días después, el cachorro se sentía mucho mejor. Con el paso del tiempo Lety se fue encariñando cada vez más y más de él, incluso lo sentía parte de su familia.
Un día ella despertó y no encontraba al perrito por ningún lado, lo busco por el establo, la cabaña, los jardines y por el bosque; pero ella seguía sin verlo por ningún lado, así que se puso muy triste. Al día siguiente el gallo también desapareció y Lety se preocupo aun más, ya que los dos animalitos que más quería habían desaparecido.
Ese mismo día por la noche ella oyó ruidos afuera de la cabaña así que salió a ver que era y cuando vio, entre los arbustos venían sus dos fieles amigos: el perro y el gallo Claudio. Ella se alegró de verlos, así que corrió hacia ellos con mucha alegría y después de eso siempre volvió a cuidarlos con mucho amor para que nunca más volvieran a irse de casa.






¿Por qué estoy a favor de la impuntualidad?


Para comenzar  hablemos sobre la puntualidad. La puntualidad es la obligación de terminar un deber o una acción en plazo determinado dictado por otra persona.
Podemos ver que las sociedades marcar ser impuntual como algo malo, pero no es así, ya que ser puntual trae muchas consecuencias a nuestra vida como frustración, ser infelices, traumas psicológicos hasta se puede llegar a un suicidio.

Actualmente las personas por su afán de querer ser puntuales han inventado nueva tecnología, pero también esto ha hecho que se vuelvan insaciables, ya que cada vez quieren hacer más cosas en poco tiempo. Este tipo de conductas levan a que la persona nunca llegue a tener una felicidad plena, ya que nunca disfrutan las cosas que hacen, ya que las hacen por solo por terminarlo logrando así ser puntuales y no ser criticados la sociedad.

Si el mundo fuera impuntual se vería a gente más feliz y con esto se podrían trabajar con más ánimo y las cosas les quedarían mucho mejor; Como dice el dicho “uno no se da cuenta de lo que tiene hasta que lo pierde”, con esto me refiero a que las personas por no disfrutan su tiempo de vida y cuando se dan cuenta ya no tienen el mismo tiempo para apreciar y disfrutar lo que tenían.

En algunas sociedades como Japón o China castigan a las personas por ser impuntuales y por ello estos dos están entre los primeros 10 países del mundo donde hay más suicidios.


Por todo esto se puede entender que ser impuntual ayudara al ser humano a ser mejor persona,  a trabajar mucho mejor y  así mundo podrá prosperar y estar mucho mejor.