“En un principio me salían
solo garabatos, no tenía ningún control sobre la línea”
Una mujer de
admirar, todo un orgullo chapín, es una muestra de superación para todas las
personas. María Eugenia Nájera
nació prematura a los 6 meses y sufrió
de una parálisis cerebral espástica, esto afectó a sus manos las cuales no puede usar normalmente.
Es una mujer con una fuerza impresionante, ha
luchado por conseguir siempre lo que desea. Es una artista que pinta con su boca y sus pies, tiene obras muy
bellas y siempre ha sido una mujer de 10. Aunque tuvo muchos obstáculos en su
vida siempre trato de superarse y sobre
salir, para sentirse el orgullo de su madre quien falleció cuando ella apenas
tenía 13 años.
En &café Guatemala un día jueves la veo sentada y claramente se ve a
una mujer amorosa que solo quiere ayudar y ser feliz. Siento su amor con solo su mirada, su ternura y
comprensión. Debajo de toda esa ternura en sus ojos se ve la fuerza de una gran
mujer.
1. ¿Cómo encontró el camino para dedicarse a
la pintura?
Fue
un gran camino, yo reflexioné sobre qué podía
hacer en mi vida, como no podía trabajar como cualquier persona común entonces
pensé qué podía hacer, qué habilidad tenía y cómo me podía sentir bien,
entonces bueno, pensando y viendo al techo de mi casa, le dije a Dios: “Señor
dame un talento que pueda hacer en mi vida, entonces me vino a la mente (como
que el Espíritu santo me iluminó) que iba a ser pintora.
Bueno, y me capacité para poder
agarrar lapiceros y lápices con los pies. En un principio me salían solo
garabatos, no tenía ningún control sobre la línea pero en base a siete años que
me puse a dibujar constantemente ya fui perfeccionando el trazo de la línea.
2. Se oye que muchas veces cuando el padre es
músico, el hijo también. ¿En su familia hubo algún pintor que la inspiró a ser
pintora?
Pues oía campanitas en la familia
que estaba mi abuela que era aficionada a la pintura y que hizo un dibujito de
bodegón compuesto por manzanas y una jarrita, mi tío me dij: “Esto lo hizo tu
abuelita”, ¡Qué lindo!, le dije yo.
Por otro lado, unos primos que son arquitectos dibujaban,
pintaban y tenían algunos cuadritos por ahí, entonces como que tuve la luz y la
orientación en forma indirecta ya que no hubo un pintor que se haya dedicado a
eso directamente, pero si había aficionados que tenían esa habilidad.
3. Estoy
enterada de que usted pinta con los pies y la boca ¿Cómo aprendió a pintar con
los pies y la boca?
Fue
pura casualidad de la vida, con los pies fue una situación en que el espasmo estaba
menos acentuado y tenía más control en ellos, o sea podía manejarlos mejor que las manos y supongo yo que
la fisioterapista contribuyó de alguna manera. Yo recibí fisioterapia
desde bebé. Mi madre siempre quería que
yo utilizara las manos pero para mí era muy difícil ya que mis manos no me
obedecían, porque estaban muy espásticas entonces cuando quería hacer algún
movimiento trataba de mandar algún mensaje al cerebro, pero no me obedecían, no las coordinaba
entonces tenía más control en los pies que en las manos.
Desde
muy pequeña me ponía a jugar trozos, juguetes y lápices con mis pies y así fui
controlándolos más, con la boca fue muy diferente porque en el colegio como a
los siete años uno no se podía quitar los zapatos, entonces cuando se me cayó
un diente entre juegos me puse un lapicero en la boca y me di cuenta del control que tenía en mi cuello para poder
escribir con mi boca y de la fuerza que tenía para poder sostener un lapicero,
con práctica fui teniendo más control con la boca.
4. ¿Cómo se siente mejor al pintar con la boca o
con el pie?
Depende,
si es de extensiones grandes con el pie;
si son extensiones pequeñas y detalladas
con la boca.
5. ¿Cómo pintora en qué se inspira al pintar?
Lo
que sucede es que yo con mis padres viajaba mucho a lugares como México, El Salvador y otros. Yo miraba los paisajes y pensaba “este
paisaje que estoy viendo lo quiero
plasmar en un lienzo” y fue así como fui teniendo imágenes de paisajes para
luego plasmarlas. Entonces se podría
decir que viene de ver naturaleza y lo que me rodea.
6. Sabemos usted es una pintora reconocida
mundialmente, ¿Cómo hizo para llegar a donde está y poder lograr ser reconocida
fuera de Guatemala?
Pues
quiero decir que esa parte fue muy difícil, ya que primero tuve la ilusión de
que me conocieran en mi país. Entonces empecé
con Juventudes 96 que el colegio Don Bosco hizo, es un festival de arte (pintura, canto teatro y
baile). Del colegio en donde yo
estaba, mandaron unas pinturas a ese
colegio y quedaron como mención honorifica y fue ahí donde me fui dando más
confianza y dándome cuenta que sí pintaba bonito, ya que me habían reconocido algo.
En
un principio yo empecé estudiando dibujo y pintura por una academia por
correspondencia que se llamaba Progress Institute, y en primero a mí me daba
temor y vergüenza estar en contacto con un pintor y el director del colegio me
dijo: “Este es tu talento, explótalo. Si
Dios te lo dio, explótalo”. Mi papá y una prima se dieron cuenta de eso y esta
prima tenía un amigo que era periodista y empezaron a sacarme primeras
entrevistas en varios medios de comunicación como: La Hora, El Imparcial,
luego Prensa Libre y así me hicieron una
serie de entrevistas. Los periodistas empezaron a interesarse por mí y me fui dando
a conocer, algunas personas se fueron dando cuenta de mi talento, porque me fui
ampliando, participando en exposiciones nacionales con la galería El Túnel, el Látigo,
también en varios canales de televisión como CNN, CVS, Primer Impacto, Sábado Gigante,
y también algunas fundaciones se fueron interesando en mí. Luego tuve algunos
festivales, me fueron invitando y me fui dando a conocer fuera de Guatemala.
¿Recibió clases de pintura?
Tenía
un amigo que era diseñador gráfico que el en los centros comerciales me decía
expongamos aquí y lo hacíamos y poco a poco fui agarrando más confianza de mi
misma y después ya unos pintores ya se interesaron en darme clase como: Manolo
Gallardo, Lucrecia de Polantino, Lucre Aguila, Jorge Mazariegos seguí Dávila, la escuela de
artes plásticas con el profesor Juan de Dios, Luis Penedo de la Riva y también por correspondencia ya que antes en
Prensa Libre salían unos cursitos que uno podía aprender, varias carreritas
técnicas y yo le dije a mi papá que quería ver eso, fuimos a ver a la oficina y
mi padre me pagó el curso. Empecé pero en ese tiempo ocurrió una situación muy
importante en mi vida, perdí a mi madre a los 13 o 14 años, y como que la falta
de ella me cambió las ganas de seguir y
deje el curso varado hasta años después fui otra vez y pagué el curso, luego lo saqué por pura voluntad y
con todo esto expuse más y aprendí más sobre diferentes técnicas.
7. Después de la muerte de su mamá, siempre se le vio fuerte y luchadora,
¿cómo lo ha logrado después de una perdida tan grande en su vida?
Todo
fue por la directora del colegio donde
yo estaba que era una mujer sumamente enérgica y me dijo: “No te decaigas, a tu
mamá le hubiera gustado que tu triunfaras”, estas palabras impactaron en
mí y más bien en nombre de ella yo dije
que voy a tratar de ser una alumno número uno, destacar en la pintura y toda mi
fuerza se va en pintar, dibujar, mejorar y lograr las metas en mi vida abriendo
camino en diferentes áreas.
8. Ha logrado ser una mujer muy exitosa e
inspiradora para muchas personas, ¿Ha cumplido todos sus sueños?
Qué buena pregunta, creo que me falta todavía porque cada etapa de la
vida es diferente, una etapa que a mí me costó montón fue la de la
adolescencia. Irse incorporando meterse en el habiente social guatemalteco, ser
respetado, admirado y tener un llamado en la vida es difícil, y yo dije me
tengo que colocar como una persona luchadora que intentado superarse y eso he
hecho, luego la etapa de la adultez temprana también me costó conseguir trabajo
aunque como era algo conocida eso me ayudó. En un principio pensaba voy a hacer
manualidades o algo así pero era algo muy cansado y no lo pude hacer.
Pensé que otra cosa tendría que
hacer y por un señor Don Carlos Brishou que convocó a un montón de personas con
minusvalía como se le conocía hace muchos años, nos invitó a participar en su
unión nacional de lisiados y minusválidos de Guatemala, él nos dijo que nos
tenía la oportunidad para que pudiéramos estudiar en la Universidad Francisco
Marroquín y ya fue otra opción para
nosotros y entré a la universidad aunque las becas eran para
computación, como no podía ya que era muy complicado para mí, decidí y fui a
hablar con el decano de psicología y me
aceptaron. Tengo pensum cerrado en psicología clínica entonces combine la
psicología con la pintura. Dando algunas veces terapia arte que era otra opción
para mi vida.
9. ¿Qué se siente ser una persona con necesidades
especiales en un país como Guatemala?
Pues
creo que me tocó vivir una época, donde la primera precursora fue la señora
Doña Elisa de Etal que ella formo el proyecto de “programa para ayudar a
personas ciegas y sordas de pro ciegos”, esta discapacidad fue la que primero
agarro auge la capacitación en ellos después ya vinieron los lisiados físicos y
mentales, pero un principio estaban unidos.
Muchas
veces cuando ven una discapacidad física creen
que también tiene problema mental
y puede haber pero no siempre, porque los de parálisis cerebral nos damos
cuenta de todo y somos conscientes, amamos y también tenemos necesidades e inquietudes,
pero la brecha en nuestro país es muy grande por ejemplo construyen tantas
gradas, balcones salientes, entre otras cosas
que no ayuda a que uno pueda caminar libremente por las calles de
nuestro país y en los buses no hay rampas
para poder subir en silla de ruedas o algunos edificio no tienen acceso
para personas con discapacidad, entonces somos un grupo de personas que ya nos
hemos unido, se ha formado la comisión nacional de atención a la persona con
discapacidad, donde están todas afiliadas para que haya políticas para
nosotros, que así nos reconozcas ante el congreso y que puedan haber leyes para
la protección de uno, como medidas de construcción para las calles, porque hay
muchas veces que personas se lastimar por cómo están las calles, son cosas por las
que estamos luchando por vencer.
Ahora ya se pude ver que hay buses donde se
puede subir silla de ruedas, eso ya es un avance y que también ya hay personas
con discapacidad que pueden ir a la universidad para prepararse y así poder ser
productivo para su familia y para Guatemala. Muchas ya que tienen derecho a la
salud, recreación, deporte, capacitación
entre otras cosas. Antes a una persona así se le escondía como si tuviera una
enfermedad contagiosa y eso no debe de ser así, entonces estamos en la lucha de
que todo cambie, porque nadie esta excepto de tener una enfermedad así en
Guatemala tanto adquirida como congénita.
10. ¿Cuál es la anécdota más fuerte que ha pasado
bajo su discapacidad?
Una
vez vi un empleo en el periódico, pensé en ir a aplicar y cuando llegué le
pregunté al señor sobre el empleo y él me dijo que para mí no tenían
empleo. Yo entendía que era por mi discapacidad y me sentí juzgada y abochornada,
me di la vuelta y me sentí horriblemente. Hay muchos lugares cuando uno va lo
ven mal solo por la forma en la que es. Pero ahora ha
cambiado ya que en la actualidad se les da a las personas una capacitación para
que traten mejor todo tipo de clientes, ya que ahora hay mucha menos
discriminación.
Para
no sentirme tan mal en otras situaciones
fui a Denver Colorado donde me dieron un
curso de ánimo para ser una persona discapacitada con confianza en sí misma, me
dieron una orientación psicológica y física para poder abordar a las personas y
como poder subirse a los buses o también para entrar a un almacén y varias cosas, después ya tuve muchas más confianza en mí misma para
poder realizarme como una persona.
11. ¿Quiénes son sus artistas favoritos?
Si
tengo, me gustan clásicos como Monet, Renua y Goya que es uno de mis favoritas.
También Beethoven, Mozart y Johann ya que
me gusta poner música clásica cuando pinto para poderme concentrar y así
olvidarme de los ruidos o situaciones difíciles de la vida y pintores guatemaltecos
como Manolo Gallardo, Luis Penedo de la Riva y Jorge Mazariegos.
12. ¿A qué empezó su carrera como artista
profesionalmente?
Como
a los 24 o 25 años.
13. ¿Cómo fue su niñez?
Era
traviesa, con mis amigos de la cuadra nos gustaba salir a jugar mucho y siempre
salíamos a tocar timbre y correr, jugamos pelota, escondite, chiviricuarta, con
muñecas, me gustaba bailar, también en un momento con una prima quemamos la
marquesa de mi mama ya que teníamos unas
estrellitas y las encendimos encima de ella y agarró un poco de fuego
pero la apagamos. Ese día mi mamá nos dio una regañada pero fue muy divertido.
14. ¿Cómo fue su vida amorosa?
Tuve
inquietudes de pequeña y sí, tuve como 3 novios de pequeñas, luego a los 35
años tuve a uno más formal, que ya llegaba a mi casa, conoció a mi papá, aunque
él estaba, “ojo al cristo”, siempre
viéndonos (Risas de las dos) y luego conocí a la persona con la que me casé y
tuve a mi hija.
15. ¿Cómo supo que estaba preparada, a pesar de las
limitaciones, para aventurarse a tener una familia?
Fue
porque mi padre me dio la confianza y me apoyó bastante, porque yo le dije que quería adoptar
a una niña pero en esa ocasión no se pudo, fui a hablar con un doctor si podía
tener un hijo y me dijo que mi cuerpo estaba en perfecto estado y que mi
situación no era contagiosa, pero que si pensaba en tener que me apurara, para que no hubiera complicaciones, ya que tenía 33 años.
Al
principio me dio como temor pero mi papá
siempre me motivó y dijo que estaría a mi lado, que yo podría
salir adelante y que iba a crecer mi hija y nos llevaríamos muy bien.
16. ¿Qué cree que fue lo más importante que la
inspiro a ser la gran mujer que ahora es?
Creo
que lo que me ayudó fue superar metas, capacitarme y decirse a sí
mismo si puedo y seguir, seguir hasta que Dios nos mande a recoger.
17. ¿Cuál es el consejo que le da a los jóvenes para que puedan superarse?
Que
reflexionen, cuál es su inquietud en la vida, qué potencial tienen, hasta dónde quieren llegar
y qué metas quieren lograr en 5 años. Porque les digo a todos los jóvenes que
sus padres no son para siempre y todo va
cambiando en la vida, uno tiene que luchar para lograr lo que uno quiere para
bien.
Por Pilar Bonillo Nájera
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